Hoy 19 de octubre has enfermado
tu cuerpecito hierbe,
cual sol de noviembre.

Tus llantos
me inquietan,
me abruman,
si tan sólo supieras hablar,
si tan sólo supiera que te sucede.

Tus gestos alborotados,
desesperados quizás,
por culpa de esa intrusa aguja,
claman pidiéndome ayuda.

Te tomo en mis brazos,
in situ nada parece cambiar,
tus lagrimas no cesan.
comienzo a cantarte
para ver si tus oídos
se separan de esa angustia
que ya me parece inquietante...

no logro nada...

Otro de mis esfuerzos
es recostarte en la cama
y poco a poco alcanzo divisar
algo de calma en tu cara.
Giras poco a poco
hacia mi lado,
entre abres tus diminutos labios,
con cuidado acerco mi pecho...

Despues mal trago de tiempo, me atrevo a susurrarte:

*Lo hemos logrado mi pequeña libélula*
ahora sólo espero que duermas sin novedad,
...ni tregua...